viernes, 24 de octubre de 2014

LA IMPORTANCIA DEL DICCIONARIO.

Aprovecha la coyuntura. Clase en Primaria. 



Me parecía necesario empezar actividades de redacción desde que abordamos la normativa de los signos de puntuación. Inmersos en la Morfología, no está de más darle vida cada semana a un texto en el que expliquéis cualquier aspecto que os pida. Así, trabajamos la capacidad de redacción y las partes de las que se puede componer un texto expositivo escrito. ¿Por dónde empezar?

No tuve duda alguna en plantear, como primera opción y primera prueba, un tema lingüístico que nunca tendrá fecha de caducidad y, a la vez, está de demasiada actualidad: La edición del nuevo Diccionario de la RAE. Como dice  Darío Villanueva en su artículo "La agenda del Tricentenario" aparecido en la Revista Mercurio, en 2014 la Real Academia Española está de cumpleaños. O, por mejor decirlo, de cumplesiglos. Hoy la RAE consta de 46 académicos, cuya función primordial sigue siendo la misma, elaborar el Diccionario de la lengua española con una vigésimotercera edición. En años inmediatamente anteriores (2009 y 2010) Espasa había publicado también una nueva Gramática y una nueva Ortografía, herederas de aquellas que empezaron a publicarse en el siglo XVIII. Las guerras impidieron la conmemoración del primer y segundo centenario de esta efeméride.

Al tricentenario se están dedicando desde septiembre de 2013, con la inauguración en la Biblioteca Nacional de la exposición La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española. Aunque bien podría considerarse la nostalgia achaque propio de toda conmemoración centenaria, la RAE, se ha propuesto inspirar la suya en una paradójica nostalgia del futuro. Y como muestra palmaria de que esto es así, baste mencionar que inmediatamente después de la presentación del nuevo DRAE del tricentenario, tendrá lugar en la sede académica de Felipe IV un simposio internacional sobre el futuro de los diccionarios en la era digital, expresa Villanueva.

José María Merino, vicesecretario de la RAE, tiene una reflexión en su artículo "En el mar de las palabras" en Mercurio que me parece muy acertada: Para mí, los mejores momentos académicos están, precisamente, en la labor dentro de las comisiones delegadas para el Diccionario: allí he podido constatar cómo las palabras modifican a lo largo del tiempo su sentido y su significado, y es fascinante para un narrador descubrir estas peculiares mutaciones. 

El nuevo diccionario ya ha visto la luz y acaparó huecos de información en todos los géneros periodísticos la semana pasada. Ahora, me gustaría que vosotros meditaseis acerca de la trascendencia que tiene la inclusión de nuevas palabras en un diccionario. Para ello, os he incluido este texto en clase:

                                                      PALABRAS

Estaba cansado, llovía. Decidí darme una vuelta por el diccionario. Entré por la O, atravesé obedecer, obelisco y óbito, y me detuve un rato en obsesión. Me enteré de que una obsesión es una idea fija que ofusca el entendimiento. Giré hacia mi derecha en obtuso, atravesé océano y dirigí mis pasos a ofuscar. Las temperaturas continuaban descendiendo. Tropecé en ofertorio y en oftalmoscopio, que es un aparato que sirve para mirar el ojo por dentro, pero enseguida vi ofuscar detrás de ofuscación; consiste en trastornar el entendimiento. Con las ideas confundidas, salí de allí, di un salto y me planté en la V; pasé sin detenerme por venera, venerable y venéreo para alcanzar ventana: se trata de una abertura más o menos elevada sobre el suelo, que se deja en una pared para dar luz y ventilación. Me asomé a la abertura; afuera llovía sin pasión, pero sin pausa, como un niño que ha llorado muchas horas sin ser atendido. Una ráfaga de aire arrancó a un árbol siete hojas que cayeron al suelo como manos inútiles, incapaces ya de acariciar o ser acariciadas. Los transeúntes las pisaron sin mirarlas. Abandoné ventana, di la vuelta y comencé a correr en dirección contraria. Como iba con los ojos cerrados, tropecé en muela y me caí. Averigüé que la muela cordal, también llamada del juicio, es la que nace en la edad viril en las extremidades de las mandíbulas. Me acerqué un momento a viríl y allí un funcionario me remitió a varonil. Cuando llegué estaban a punto de cerrar, pero pude averiguar que varonil es lo perteneciente o relativo al varón. Deduje que las mujeres carecen de muela cordal. Asqueado por esta muestra de machismo alfabético, abandoné el diccionario por la palabra tumido, hice transbordo en túnel y salí al primer tomo de mi enciclopedia favorita. Caí directamente en andrópolis, que significa cementerio. Llovía. Busqué tu tumba y la mía, nuestra tumba, pero aún no habíamos llegado. 
                                                                             Articuentos completos, Juan José Millás.

¿Y qué os parece la inclusión de nuevos términos? ¡Opinad y fundamentad el texto! Eso sí, ya sabéis que si hay algún hallazgo imprescindible para mí en el DRAE es SERENDIPIA.
¿Acaso no es bonita la definición de un descubrimiento inesperado y afortunado que se produce cuando se está buscando otra cosa? Casualidad, accidente, destino, coincidencia, atracción mágica... ¡Vete tú a saber! 

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