LA MALVADA BRUJA Y LOS ANIMALES
PRISIONEROS.
Érase
una vez una malvada bruja muy pequeña pero a su vez poderosa, ya que tenía
poderes mágicos, que utilizaba contra todo aquel que se interponía en su
camino.
La
bruja vivía en un castillo, lleno de soledad, existía una habitación (a la que
solo tenía acceso ella), con un libro mágico, una bola de cristal que al
observarla a través de una nube que actuaba de espejo contemplaba todo el campo
desde su castillo y por último una silla para sentarse.
En el patio de aquel gran castillo tenía un
parque en el que encerraba a todos los animales del campo que trataban de
arrimarse a su castillo, en el cual no entraba la luz del sol, pero no solo eso sino que todos los animales
estaban hechizados con el poder de la bola de cristal. Tenía como prisioneros
a:
Al
león de grandes dientes y colmillos afilados, Gruñón.
Al
alegre pajarito, Pio.
Al
gato veloz, Saltarín.
Y
a la mariposa delicada de alas verdes.
La
bruja a pesar de sus poderes y de tener a los animales hechizados todas las
tardes se acercaba despacio y sigilosamente a controlar a los animales a los
que observaba a través de una ventana levantando la persiana con delicado
cuidado.
Todos
los años en el campo cuando iba llegando la alegre primavera se realizaba el
baile en el que todos los animales querían participar. Pero debido al hechizo
de la bruja este año se quedarían sin baile.
Una
tarde al anochecer en el campo la iguana (Kika), se encontró con una pantera, y
está muerta de miedo le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? y la pantera respondió:
Sasa, se hicieron amigas.
En
la mente de Sasa (que era muy lista) se activó el ingenio de engañar mediante
una trampa a la malvada bruja para poner
en libertad a los animales del castillo. Y así quitarle la tristeza al fantástico
campo. Al
día siguiente Kika y Sasa, se disfrazaron las dos de un hombre guapo pero
peludo debido a los pelos de la Sasa, al llegar a la puerta del castillo
llamaron: chachachan…
La
bruja abrió la puerta y al ver que era un hombre se puso muy contenta, (porque
nadie la visitaba) tan contenta que se enamoró de él a primera vista, le hizo
pasar, pero dijo ¡un momento!: ¿Qué desea usted? Y el hombre respondió quería
visitar tu fantástico castillo.
Tal
fue el engaño que cuando la bruja se descuidó el hombre de un cachetón en la
oreja la adormeció gracias a unas plantas magnificas del campo, se quitaron el
disfraz mientras la malvada bruja dormía.
Sasa
y Kika liberaron a todos los animales del embrujo rompiendo el hechizo y
volvieron a su lugar habitual.
FUERON FELICES Y REALIZARON SU
BAILE TRADICIONAL.
Bianca Granero Merino, 3º Educación Infantil
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